lunes, 1 de diciembre de 2014

Resumen

Uno de los desafíos más importantes que enfrenta la educación hoy en día es la búsqueda de respuestas a los complejos y rápidos cambios que ocurren a diario en todo el mundo. La ciencia, la tecnología y, en consecuencia, el conocimiento se multiplican a gran velocidad. Cabero (2006) señala que en la Sociedad del Conocimiento todos tendremos que desarrollar el espíritu crítico y las capacidades cognitivas suficientes para diferenciar la información útil de la que no lo es, aspecto central en el que se deberá formar a las futuras generaciones. En este sentido, se espera que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) generen un cambio paradigmático en las diferentes esferas sociales, impactando también al sistema educativo actual que debe adecuarse a las nuevas demandas que la sociedad le impone.

En el ámbito educativo, la incorporación de las tecnologías está relacionada con dos ideas centrales. La primera, el papel de las tecnologías en el proceso de socialización que apunta a la democratización del conocimiento y que por lo tanto lleva a resignificar la realidad planteando problemas inéditos de orden epistemológico. La segunda, su vinculación con el proceso de aprendizaje y que en consecuencia lleva a situar el fenómeno educativo en un contexto social definido y al desarrollo de competencias que permitan la selección y utilización de la información, lo que implica la redefinición de los roles del educador y educando.Algunas de las líneas de investigación más exploradas focalizan sus objetivos científicos sobre las innovaciones pedagógicas que se realizan con TIC (Kozma y Anderson, 2002; Van Melle, Cimellaro y Shulha, 2003). También es posible encontrar trabajos sobre el potencial de las TIC en el aprendizaje, donde se traslada la atención hacia los procesos de integración de las TIC en los sistemas y organizaciones educativas, surgiendo el concepto de buenas prácticas sobre el que se articula gran parte de las políticas educativas (Chacón, 2003). Sin embargo, la investigación sobre las concepciones del profesorado es aún un ámbito de investigación incipiente. En esta última línea, Boza, Toscazo y Méndez (2009) estudian la implantación e integración de las tecnologías en los centros y las clases, y determinan qué es lo que los profesores hacen en los contextos escolares con las TIC para cambiar el currículum y los aprendizajes, bajo el supuesto de que toda respuesta educativa (comportamiento) se origina de una idea o concepción de la enseñanza de las TIC que ha sido construida previamente a partir de las experiencias del sujeto.  Es esencial que los centros de formación inicial y permanente del profesorado asuman su función de contribuir eficientemente a la evolución del pensamiento del profesor, en general, y particularmente, en el buen uso y articulación de estas nuevas herramientas educativas, que pueden llegar a revolucionar o potenciar el proceso de enseñanza en aras a una mejor y más completa educación (Roig, 2003). Estos desafíos en la práctica han sido difíciles de implementar, entre otras cosas porque los profesores deben enseñar de una manera en que ellos mismos no fueron formados, y romper con una tradición clásica en métodos de enseñanza, que ha tenido como recurso casi exclusivo el libro de texto para el desempeño de su tarea profesional (Monge, 2005). las Investigaciones señalan que la mayoría del profesorado, en una primera fase de apropiación de la tecnología, ve en ésta un medio eficiente para transmitir contenidos instruccionales a los estudiantes, manteniendo los mismos dispositivos didácticos que configuran su práctica docente habitual (Buzhardt&Heitzman- Powell, 2005).
 

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